Hace ya dos décadas, el genial Benny Hill nos descubrió que cualquier vídeo puede resultar divertido si aceleramos su ritmo, usamos una música divertida y le aplicamos simpáticos efectos de sonido. Y cuando digo cualquier vídeo, es cualquier vídeo. ¿Pensaron que las grotescas escenas de la hípersangrienta La Pasión De Cristo de Mel Gibson no tenían nada de gracioso? Miren este vídeo y vuelvan a opinar (absténganse personas sensibles a la violencia explícita):
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